Tras la instalación del suelo lo primero que debe hacerse es sellar sus poros y aplicar algún acabado, para crear una capa que lo proteja.
Este tipo de tratamientos deben realizarse al menos una vez al año, aunque este periodo puede verse reducido significativamente en función del uso que vaya a tener el suelo.
El mármol es un material alcalino y como tal reacciona frente a productos ácidos. Esto es importante ya que se algún producto ácido cae sobre un suelo de mármol sin tratar se puede producir una reacción química. El resultado más típico es una decoloración.
¿Cuándo es necesario rebajar, pulir y afinar?
Se debe rebajar, pulir y afinar, con el objetivo de igualar las juntas, eliminando los resaltes o desperfectos propios de la colocación.
También se debe rebajar, pulir y afinar cuando el suelo presenta un deterioro o desgaste importante.
¿Cómo se realiza?
Este tratamiento se realiza con una máquina que devasta el suelo con unos discos de piedra diamantada de diferentes granos, hasta obtener la textura idónea para realizar el siguiente tratamiento, es decir, cristalizado o abrillantado.
¿Cuándo es necesario cristalizar o abrillantar?
Se realiza después de haber realizado el rebaje, pulido y afinado o bien Cuando el pavimento no tiene un deterioro grande y solo ha perdido su brillo inicial.
¿Cómo se realiza?
Este tratamiento consiste en aplicar una serie de líquidos y materiales sobre el pavimento, que proporciona al suelo un brillo natural y de larga duración. De esta manera se consigue proteger y sellar el poro formando una capa de micro cristales que brinda una impresión visual de espejo para impedir la absorción de agua, aceites, grasas y otros productos que pueden penetrar y manchar el pavimento.